 Todas crecimos siguiendo ciertos patrones de  pensamiento o de comportamiento. Durante algún tiempo nos fueron útiles, pero  llega un punto en la vida en el que son más negativos que positivos, sobre todo  en los momentos de tensión o incertidumbre. He aquí cinco consejos para superar  algunos de ellos y comenzar a sentirnos más satisfechas con el resultado de  nuestras reacciones y decisiones:
 Todas crecimos siguiendo ciertos patrones de  pensamiento o de comportamiento. Durante algún tiempo nos fueron útiles, pero  llega un punto en la vida en el que son más negativos que positivos, sobre todo  en los momentos de tensión o incertidumbre. He aquí cinco consejos para superar  algunos de ellos y comenzar a sentirnos más satisfechas con el resultado de  nuestras reacciones y decisiones:No te enganches
Casi todas tenemos identificadas las  situaciones cotidianas que nos hacen perder la cabeza y reaccionar como fieras.  Por eso, la próxima vez que ocurran, tómate algunos segundos para analizar las  circunstancias. Recuerda que no tienes que responder a todo de inmediato. Por  ejemplo: si sientes que te hacen una pregunta agresiva, no te enganches, aún  cuando te parezcan sospechosas las intenciones de la otra persona. Una forma muy  sencilla de sondear la situación es cuestionar al supuesto agresor: “¿Por qué me  preguntas eso?” o “¿Exactamente a qué te refieres?”. Esto te da algunos segundos  más para explorar la situación y las posibles formas de salir ilesa.     
Tu media naranja eres  tú
Hace unos días leí esta frase en un cartel  publicitario: “Una mujer completa no necesita a su media naranja” (o algo así).  Aunque la frase puede sonar un poco amargada o egoísta, tiene un fondo positivo  y liberador. Pensar que la “media naranja” va a llenar nuestros vacíos  existenciales es negarnos a tomar responsabilidad de nuestra propia vida. En  cambio, si nos pensamos como personas completas y trabajamos para integrar todos  los aspectos de nuestra vida de manera sana, entonces tenemos más oportunidad de  encontrar a alguien similar para compartir la felicidad que somos capaces de  generar a partir de nosotras mismas. 
Se vale no estar de  acuerdo
Imagina la escena: estás en la mesa y, de  pronto, Fulanito emite un juicio negativo sobre algo que te encanta. En menos de  dos segundos viene a tu mente un arsenal de argumentos que, según tu  experiencia, demuestran lo equivocado que está Fulanito. ¡Alto! Antes de abrir  fuego, hay que evaluar dos puntos: 
a) Todos tenemos derecho a no estar de  acuerdo y a expresarlo; escucha otras opiniones, pues la diversidad de  pensamiento siempre será enriquecedora, ya sea para aprender algo nuevo o para  reafirmar lo que ya sabías. 
b) Antes de decidir si tomarás parte en una  discusión, revisa si vale la pena. Puedes lanzar algunas preguntas para saber de  dónde viene el juicio emitido. Si viene de la intolerancia o la prepotencia,  quizás no sea buena idea enredarte en una discusión con alguien que no pretende  escuchar otras opiniones, sino imponer la suya. 
Aprender y  avanzar
Hay episodios del pasado que dejan una  huella muy profunda en nuestra vida. Creemos que lo hemos superado hasta que  volvemos a enfrentarnos a una situación similar. Entonces tendemos a ponernos a  la defensiva y reaccionamos de la misma manera en que lo hicimos en el pasado.  En otras palabras: caemos en patrones de comportamiento que no nos permiten  avanzar en la vida. Sin embargo, podemos hacer que el pasado sea un aprendizaje.  Piensa que esa reacción es sólo un foco de alerta. Toma distancia, visualiza la  situación presente y, como en un juego de mesa, cambia de estrategia. Quien  decide no es la mujer que fuiste en el pasado, sino la que eres hoy en  día.
Síguete a ti  misma
Vivir en congruencia con nuestros principios  y verdaderos anhelos suena muy lindo pero no es tan sencillo. Además de que a  todo el mundo le encanta opinar sobre cómo vivimos, durante muchos años  –particularmente en la infancia- nos la pasamos complaciendo a los demás. Pero  hay territorios vitales en los que sólo debemos seguir la voz de nuestro  interior. Cuando comenzamos a hacerlo y a actuar en consecuencia, no falta quien  diga que nos estamos volviendo locas. Sin embargo, aquellos que sí están  interesados en nuestra felicidad nos apoyarán para seguir el camino que  realmente nos corresponde. 
 
 
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