“La roca de mi corazón es Dios para siempre”. —Salmo 73:27
Siento la fortaleza del Espíritu en mí, y me regocijo. Sé que soy capaz de mantenerme firme y centrado en todo lo que es bueno y verdadero.
Aun cuando las circunstancias a mi alrededor causen que mi mundo tiemble, me siento seguro en mi refugio de paz —Dios en mí fortalece mi corazón.
Dios es mi fuente de ayuda en todo momento. Soy fuerte porque Dios en mí, me sostiene en todo momento. Me mantengo consciente de la presencia de Dios y doy gracias, sabiendo que nada puede perturbarme o hacerme dudar.
Estoy centrado en el poder de la presencia de Dios en mí, y día a día crezco en fortaleza.
Tomado de http://www.senderoespiritual.com
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