“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. —Filipenses 2:13
La voluntad de Dios para mí es siempre buena. Hay veces en las que me veo tentado a seguir mi propio camino, olvidando prestar atención y seguir la voluntad divina de bien absoluto. En este octavo día de Navidad, me propongo seguir y hacer la voluntad de Dios.
Espero con anhelo cada día del año venidero sabiendo que la voluntad de Dios es para mi mayor bien. Entrego mis preocupaciones y anhelos al cuidado amoroso de Dios. Dejo ir todo pensamiento de limitación o carencia consciente de que la voluntad de Dios para mí es que logre los deseos de mi corazón.
Me dedico y consagro a la voluntad de Dios.
Tomado de: http://www.senderoespiritual.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario